Héroes del Rol entre nosotros - Reseña de Sergio Salvador Campos

Si de algo me voy dando cuenta con el paso de los años es de que el talento no siempre sigue los cauces "normales" y habituales. La literatura no es una excepción. Ahora mismo me avergüenza pensar el pequeño prejuicio que tenía con la autoedición, algo que recientemente he ido curando de la única manera posible, lanzándome a la piscina, leyendo y siendo consciente de mi error.

En este caso hablo de Héroes del Rol entre nosotros, una obra de David Cala que no solo es una buena historia, sino que además tiene la capacidad de llevarte a la adolescencia... y si lo hizo conmigo que nunca he estado en una mesa de rol, no quiero ni pensar lo que hará con las mentes de los jugadores pasados y presentes.



David escribe una historia que recuerda vagamente a aquella maravillosa serie televisiva de animación, precisamente basada en un juego de rol, Dragones y Mazmorras. La premisa es similar: Un grupo de amigos que se ve transportado a un mundo distinto, en el que tienen las habilidades de sus personajes en el juego, y tendrán que realizar con éxito una misión si quieren regresar a nuestro mundo.

La primera parte del libro es la que nos lleva a la adolescencia y primera juventud (esa en la que pasamos de niños a "muchachos"), nos hace recordar a aquella pandilla que todos tuvimos en la adolescencia, a aquellos primeros intereses amorosos, a la impaciencia y el espíritu aventurero propio de la juventud. Y en la segunda parte nos mete de lleno en una aventura con reyes, magos, orcos, trolls, duendes y zombis, con espadas, arcos, enanos, elfos y caballeros. Una aventura que a la postre peca de resultar corta... y que me arriesgo a decir que resulta así para aumentar la similitud que la obra pretende buscar con una partida de rol cualquiera que el autor hiciera en su juventud, o quizás siendo no tan joven.

En definitiva, Héroes de rol entre nosotros es una lectura amena, divertida, evocadora, ideal para las tardes veraniegas con un buen refresco o una cerveza helada. Una lectura que nadie se arrepentirá de hacer. Una aventura que hay que atreverse a afrontar.