COVEN. WITCHCRAFT DESTROYS MINDS & REAP SOULS (1969)


He seleccionado este grupo y este disco por dos motivos: el primero, por su calidad y, el segundo, por ser un grupo liderado por una cantante. Generalmente, se ha clasificado este grupo dentro del género rock psicodélico; aunque esta denominación queda corta en función de lo que nos encontramos. 

Presentación de los componentes

El grupo estaba formado por cuatro personas: Jinx Dawson a la voz, con Oz Osbourne al bajo (no, no es el mismo de Black Sabbath y este disco es anterior al homónimo del grupo), con Chris Neilsen a la guitara y Steve Ross a la batería. La voz de Jinx Dawson tiene ese rasgo característico de los años 60, que transporta a esa década dorada de la música rock.




Análisis del disco WITCHCRAFT DESTROYS MINDS & REAP SOULS (1969)

Este disco supuso el debut de la banda y no deja indiferente. La canción de abertura del disco es Black Sabbath, donde van narrando a modo de viaje, el aquelarre completo, junto con los ungüentos usados, la sangre de bebé y la presencia del maligno. Todo ello con riffs y alaridos demoniacos, culminando en carcajadas malignas de brujas. Un lujazo de canción y una apertura fantástica que crea una auténtica atmósfera de misterio.


El segundo tema es White Witch of Rose Hall, cuyo comienzo es pegadizo y da un respiro a la atmósfera creada en el tema anterior, pero en la que, de nuevo, se recurren a los temas esotéricos. Aquí van a ir cantando las peripecias de Annie Palmer, la Bruja Blanca de Rose Hall, cuyos hermanos fueron asesinados. La canción termina con un aullido de Jinx Dawson, quien, como en las reuniones de brujas, es imbuida por los espíritus y las presencias que invoca, de tal manera que no sabemos quién canta: Jinx, Annie o el demonio.

Pasamos a Coven in Charing Cross. Con un sonido de campanillas, invocan a las distintas presencias que han de estar invitadas. Se hace un silencio y comienza la misa negra: “Seven are they…”  Este tema es muy ambiental y no recomiendo escucharlo por la noche a la luz de las velas por dos motivos: el primero, porque podemos pasar miedo y, el segundo, por si acaso.

For Unlawful Carnal Knowledge es el cuarto tema del disco. El título forma el acróstico FUCK, usado por Van Halen en su disco de 1991. Con un ritmo que a momentos recuerda al de los primeros temas de The Doors, encontramos a una bruja que está siendo quemada. Sus gritos aún pueden oírse, al igual que su maldición puede tocar en cualquier momento a quien se acerque demasiado.

En el quinto lugar, a modo de pentagrama, encontramos Pact with Lucifer, en la que un granjero ha vendido su alma y Lucifer viene a cobrarse su deuda. Es una canción suave, con un piano que infunde un carácter de blues que recuerda a la leyenda de Robert Johnson.


Choke, Thirst, Die con una guitarra que dialoga con su frontwoman narra lo que pueden ser lo mismo los tormentos del infierno que alaridos de éxtasis por la comunión establecida. Culmina con un grito y guitarras orgásmicos, que dan paso a Wicked Woman.

Wicked Woman es la canción más conocida del disco y de la banda. Canción insignia en la que podríamos hacer una lectura feminista, puesto que su protagonista es llamada mala (wicked) por haberse rebelado. De nuevo, tenemos un tema en donde no sabemos si estamos asistiendo a una obra de teatro en donde su cantante se transforma en sus criaturas o interpreta sus temas y ya está. Por cierto, Wicked Woman es el tema con el que conocí a la banda.

Dignitaries of Hell es un canto a los diversos nombres del demonio y a su legión, todo ello trufado de acordes malignos. ¿Qué pasaría si escucháramos el disco al contrario? 

Con Portrait nos acercamos al final. Con un ritmo muy bluesero, a la manera de espejo nos van cantando lo que ven los ojos de Lucifer y, sobre todo, cómo nos percibe.

Y llegamos a Satanic Mass, que comienza con nueve campanadas para invocar al Maligno, y da comienzo a la misa negra con la que cierra el disco. Escuchamos al sacerdote oficiar la ceremonia, las campanas, las réplicas del aquelarre enfervorecido.  Con esta canción se cierra el disco.

Por estas fechas, un tal Charles Manson se encontraba predicando...

Cuando escuché este disco por primera vez, me quedé impresionada. Me parece que es de una modernidad absoluta y muy arriesgado, hecho que queda reflejado en la poca repercusión posterior que ha tenido. En 1971, la canción One Tin Soldier apareció como banda sonora en la película Billy Jack y hubo un segundo disco en 1973, Blood on the Snow. Sin embargo, tenemos que esperar hasta 2013 para que Coven vuelvan a reunirse y publiquen Jinx.

Uno de los motivos por los que el grupo tuvo mala prensa no fue solo por el hecho de que trataran abiertamente la magia negra y el satanismo en su música, sino por el hecho de que Charles Manson fuera visto con este LP. Posteriormente, ocurriría el asesinato de Sharon Tate.





No obstante, si bien Coven habla abiertamente de la magia negra, una sombra de machismo no deja de planear sobre la banda. A finales de los 60, con la psicodelia y el movimiento hippie, muchos grupos coquetearon en sus composiciones con el esoterismo, desde The Doors hasta Led Zeppelin. Esta influencia “mágica” daba un toque especial a la música, realmente adquiría sinestesia y transportaba hasta otra realidad. Frente a esto, tenemos a una banda liderada por una mujer que incorpora elementos que posteriormente serán iconos y símbolos del rock en general: vestimenta negra, mano cornuta (atribuida a Dio) e inclinación a la magia negra (con WASP  en los años 80 a la cabeza, solo hay que recordar la maravillosa Sleeping in the fire)

Huella cinematográfica

Este epígrafe estaría mejor titularlo “La ausencia de la huella cinematográfica”. En los últimos años, hemos disfrutado de películas de terror fabulosas, como las de la factoría Expediente Warren y la secuela de Annabelle o las Insidious. 

La primera Expediente Warren está ambientada a mediados de los años 70 del siglo XX. Hacemos un pequeño recordatorio que el eje del mal era perpetuado por Batsiba, una bruja del siglo XIX adoradora de Satanás. No tengo nada en contra de la banda sonora, al contrario, creo que es brillante porque consigue su propósito. Por otro lado, creo que hubiera sido un acierto para la película haber metido alguna canción de este disco y, de esa manera, ambientarla aún más. ¿Os imagináis a la familia Perron entrando en la casa mientras se escucha Coven in Charing Cross o White Witch Rose Hall?

También en Annabelle hubiera casado este disco, cuando nos están presentando a la hija de los Higgins. 

En  Lords of Salem de Rob Zombie (2012) podríamos haber disfrutado de algún tema, como Dignitaries of Hell al lado de la impresionante Venus in Furs de The Velvet Underground, ya que la película es un tributo del director tanto al cine de terror más clásico como a la música y a los iconos del rock.


The End 

Encontrar este disco en formato físico es complicado. Las reediciones en cd rondan los 40 euros y salen muy pocas unidades, mientras que el LP de la época es prohibitivo, siendo el más barato en torno a los 350 euros. A pesar de esta contrariedad, creo que es un disco que hay que tenerlo en nuestra colección, como rareza y pieza icónica. 

El viaje emprendido hacia los años 60 llega a su fin. Espero que os haya entrado ganas de escucharlo y disfrutar de él, siempre y cuando lo hagáis un sábado por la noche con luna llena con una vela encendida. Seguro que recibiréis una visita muy especial. 

María Jesús Moreno Pérez

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