Espejismos nocturnos
Clinc. La última gota que retumba en la boca muestra tu
estado de embriaguez. Te adentras en la soledad de tu compañía. Y con ella, te
acunas en el juego de sombras del banco en el que yaces tumbado. Coqueteas con
la vacía botella como si de un catalejo se tratara. Te sientes como un poeta
sin rumbo ante palabras no encontradas en la tinta de su pluma. El vidrio te
desvela misterios ocultos entre sus tonalidades de vicios nocturnos. Te
embrujas en la hipnosis de los secretos revelados. Ante siluetas esmeraldas que
te hablan desde el otro lado. Un gato te adivina tu muerte escondiendo tu
presagio tras su máscara roja. En sus rasgados ojos, un péndulo se mueve al
compás de un reloj sin tiempo. Rompes la botella. Huyes atemorizado ante la
visión del cristal.
Corres sin rumbo entre las figuras que dibuja la oscuridad.
Unos sangrientos gritos de una calle llamada Morgue persiguen tu camino hasta
adentrarse en tu mente como un eco eterno. Tu corazón se acelera, agitado, ante
tu marcha lúgubre a ningún lugar, como si fueras el delator de un caprichoso
crimen. Te paras un instante para retomar el aliento. Observas en el suelo, un
charco oval que te enseña tu reflejo. El retrato de un pobre alcohólico muerto.
Un escritor perdido en sus miedos. Te desmayas ante la certera realidad. Te
caes sumido al abrazo de la guadaña. Un cuervo se posa en tu pecho, testigo de
tu última noche entre los vivos. En tus oídos, susurra las palabras de tu
funeral.
"Nunca más".
"Nunca más".
Laura Campos
Muy bueno Laurita...
ResponderEliminar