Noches de Halloween. Octavio López Sanjuán – Pako Mulero Arenillas
Octavio ha vuelto a hacerlo. Tras
fascinarnos con sus ensayos sobre los Cazafantasmas y los
Dinosaurios en el séptimo arte, ha vuelto a la carga con algo que debemos
etiquetar como grandioso. Su estudio y documentación sobre la saga de Michael Myers,
Noches de Halloween, alcanza la excelencia.
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La autora del prólogo... Abrochaos los cinturones!!!! |
Es una franquicia muy especial,
en la que su director, John Carpenter, demostró su pericia a la hora de sortear
dificultades económicas, supliendo la falta de medios con creatividad pura y
dura. Hay cientos de anécdotas, datos y secretos, que Octavio, con paciencia y
tesón ha sabido reunir y ordenar de forma sublime. Cada página contiene datos
que analizan la génesis del film que lo originó todo, sus secuelas, remakes, los
correspondientes contextos sociales e históricos, y por supuesto, la influencia
que supuso la saga para el universo cinematográfico.
Las diferentes culturas acuñadas
por la interactuación de las nuevas colonias, que habían asimilado las viejas
creencias celtas, dándoles su propia visión e interpretación, han dado lugar a
una celebración única, con un fuerte componente antropológico. Tras diversas
incursiones en la literatura y el cine, en 1978 había llegado el momento de
perpetrar el tributo definitivo a esta festividad pagana, que se comportaba
como un mero gigante dormido a ojos de una sociedad acomodada.
Carpenter, a lo largo de su vida,
había desarrollado unas notables habilidades musicales. Si bien su amor por el
cine de género se manifiesta a temprana edad, su talento musical hace acto de
presencia en Kentucky, el lugar donde pasó gran parte de su vida, y donde
formaba parte de un grupo musical compuesto por sus amigos íntimos. Su destreza
en el cuarto arte, en un futuro, le serviría para enriquecer su obra, y acabar siendo, sin
duda alguna, uno de los directores más visionarios de todos los tiempos.
Tal y como explica el libro, el
nacimiento de la saga, fue un autentico y genuino salto de fe por parte de los
productores y distribuidores. Debido a la falta de presupuesto tuvieron que
hacer verdaderas filigranas para crear la ambientación y conseguir un reparto tan
eficiente como equilibrado, que hiciese un traslado del guion totalmente
creíble ante las cámaras. El resultado fue soberbio. Como dato a tener en
cuenta, el Michel Myers de la vida real era un distribuidor que creyó a pies
juntillas en el proyecto de Carpenter, y que consiguió trasladar la cinta al
mercado europeo con resultados fantásticos, es por ello que el
director bautizó a su “Monstruo” con ese nombre, ejecutando un morboso pero tierno
homenaje.
"Me
encontré con un niño de seis años, con un rostro pálido, sin expresión,
sin emoción. Y unos ojos grandísimos. Los ojos del diablo"
Si bien el film original se llevó
a cabo con apenas trescientos mil dólares, el beneficio final, tras la
conclusión de su vida comercial, fue de unos 70 millones de dólares, sin
olvidar que de forma imparable se convirtió en un film de absoluto culto, que
daría pie a una saga que nos acompaña hasta nuestros días.
No fue un camino de rosas. El
ensayo explica minuciosamente los picos de crueldad de ciertas facciones de la
crítica, especialmente la de los jóvenes y pedantes estudiantes de cine de los
años 70, sin olvidar la ausencia de una correcta campaña publicitaria que tanto
aportan pero que tan caro cuestan. La película era la favorita del público, del
pueblo, que estaba deseoso de nuevas experiencias, cansado de superproducciones
vacías, y que necesitaba engancharse a la cultura del sobresalto. No obstante,
fue un festival (como no) el que le dio el empujón de visión y de críticas oficiales
positivas que tanto hacían falta. La 14 edición del festival de cine de
Chicago, fue un evento que consagró a Michael Myers ante crítica especializada
y público.
Se habían visto otras cintas con
poco presupuesto, pero con un mensaje fascinante, sin embargo, Carpenter debía
plasmar su sello personal en su trabajo, marcar la diferencia. La visión de Debra
Hill fue determínate en la producción y rodaje, demostrando que era la compañera
perfecta en las aventuras de tan talentoso director. A medida que leáis las
páginas del libro, descubriréis lo fascinante que resulta la figura de Debra.
Tras la experiencia adquirida en Asalto
a la comisaría del distrito nº13, la cabeza de John era un hervidero de
ideas. La banda sonora del film, compuesta por él mismo (algo que tod@s debemos
saber) funcionaba como un personaje más, dotando de esencia y personalidad a
cada escena. No bastaba con taparte los ojos, ya que el mismísimo mal se
encontraba adherido a los acordes. Es vital saber, que al contrario de las
barbaridades que sostenían ciertos críticos, la estructura de guion y su puesta
en escena, estaba tratada minuciosamente por su director. Cada escena, cada
diálogo, y cada acorde de la banda sonora, tenían una simbología, un orden y un
propósito. A pesar del reducido presupuesto, Carpenter creó una obra maestra
adelantada a su tiempo.
Rodada en
formato panorámico, todo el equipo sufrió al ver su traslado a la pequeña
pantalla, viéndose mutilada para adaptarse a la televisión, haciendo que
se perdiese el mensaje que se transmitía en las grandes salas de cine. Algunos
de sus grandes recursos / herramientas fueron la inclusión progresiva de la ironía
dramática y la subjetividad de los planos, para de este modo adentrarnos en la
piel del asesino.
Película tras película, puñalada
tras puñalada, el universo Halloween es uno de los pilares en los que se
sustenta el terror, sabiendo mezclar los mitos paganos con el gótico americano,
mostrando como aquel niño inexpresivo acabó siendo un mero cascarón vacío, un
recipiente donde se alojó la síntesis del mal que habita en la parte más oscura
del ser humano. Muchos de los que participaron en los rodajes, delante y detrás
de las cámaras, forman parte de un cosmos muy particular, y muchos de sus
nombres, un poco más tarde, acabarían siendo iconos del cine de género, ergo te
invito a que lo descubras por ti mismo disfrutando de la lectura.
Varios han sido los creativos que
han abordado la franquicia, ya sea en cine, comics, videojuegos, e incluso “dando
a luz” clones que abiertamente homenajean tan tenebroso universo. Dejemos claro
que muchas de las secuelas han aportado cosas maravillosas, como, por ejemplo,
la indagación de Rob Zombie en la deconstrucción de la infancia e
inmersión a la locura de Myers, o incluso en los intercambios de narrativa,
pasando de la ironía dramática al archiconocido suspense, sin olvidar la consagración
de la máscara de forma independiente, que en 2019 se mostró como un personaje autónomo,
no solo como un mero objeto que trae malos recuerdos.
Hay miles de asombrosos datos
incluidos en el ensayo de Octavio, y estoy seguro de que os gustaría saber el
cómo y el por qué de la elección de aquella máscara, las reacciones del público
ibérico tras el estreno en salas a finales de los 70, el rodaje de escenas
extras (añadidas con posterioridad para tv), y por supuesto, conocer las
experiencias del equipo creativo original, plasmadas en el epílogo, donde todos
ellos, Carpenter incluido, le cuentan directamente al autor, con la perspectiva
que otorga el paso de los años, todo aquello que vivieron.
Cada capítulo es una mina de oro
donde extraer conocimientos, donde sabremos todo aquello que se oculta tras
todos y cada uno de los rodajes. Como dije al principio, Octavio López Sanjuán
ha vuelto a hacerlo, nos ha obsequiado con un precioso regalo a tod@s aquel@s que
amamos tan particular saga, por lo que no es de extrañar que Noches de
Halloween esté merecidamente nominado en la fase final de los premios Ignotus
2019. Léelo, ni se te ocurra dejarlo pasar, o te arrepentirás. Sobresaliente para la editorial Applehead Team.
Simplemente obligatorio.
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