Rebelión 20.06.19 de Javier Miró - Pako Mulero Arenillas
Javier Miró es un autor
carismático, apasionado con su trabajo, y, sobre todo, comprometido
con la idea de promover la pasión por la escritura y el análisis
de los manuscritos ajenos. De forma sencilla y muy personal, hace uso de su
canal de youtube para asesorar y guiar a tod@s aquell@s que quieren lanzarse a
la ventura de escribir y crear.
El pasado mes de junio, la
editorial Triskel (excelente e independiente, como a mí me gusta),
especializada en ensayo y novela, reeditó Rebelión 20.06.19, la ópera prima de Javier Miró,
algo que generó mucha expectativa, al parecer, por los notables cambios que
el autor había realizado. Yo mismo, el pasado mayo, en la feria del libro
de Sevilla, conversé con Rafael Velis, uno de los editores de Triskel, acerca de
los sorprendentes cambios que Javier había perpetrado en “su criatura”.
Todo aquello me suscitó una enorme curiosidad, ya que
normalmente, cuando un libro se reedita suele ir acompañado de elementos
corregidos, se le suman páginas (como si de un director's cut se tratara), un prólogo
más
extenso, ilustraciones… En esta ocasión, el autor había
retocado ciertos elementos, sí, pero, sobre todo, había
hecho uso de “su tijera” para recortar y pulir su obra,
reduciendo considerablemente el número de páginas y adaptando los contextos, algo
nada fácil, ya que, para muchos, eso sería como mutilar a
su propia criatura. Ante tal ejercicio de valentía, mi curiosidad empezó
a alcanzar niveles nucleares, sobre todo tras una conversación
telefónica, en la que Javier me dijo: “Mi trabajo es hacer eso mismo con los
textos de los demás, es por ello que debía aceptar el desafío
con mi propia novela”. Tras lo comentado, estuve contando los
minutos hasta que por fin pude tener Rebelión en mis manos.
En cuanto me llegó
el paquete, lo desprecinté con la ilusión propia de los
niños.
Aquel libro, suponía un antes y un después para su editorial, ya que era su
primera incursión en el formato de bolsillo, rebautizándolo como
Formato Micro. Tanto tamaño,
maquetación, y gramaje me encantaron. La portada me enamoró
al instante. La ilustración de la cubierta era ni más
ni menos que el Edificio Carrión de la Gran vía, aquel que
porta el logo de la Schweppes,
inmortalizado por Alex de la Iglesia en El día de la Bestia, icono del
resurgimiento de nuestro Fantaterror. Era aquel lugar en un
marco apocalíptico, como si el día del juicio final hubiese arrasado
aquel emblemático marco. Ya estaba atrapado en la red.
Tras el emotivo prólogo
de Rafael Velis, comencé a leer algo que no solo por fin estaba
saciando mi curiosidad suscitada meses atrás y me encontré inmerso es un
Madrid Postapocalíptico, deliciosamente narrado, con todo lujo de escabrosos
detalles, y con unos personajes perfectamente construidos.
Esta es la historia de Alex el
Mono, un adolescente, casi un niño, cuya principal habilidad es la de
sobrevivir por medio de causar dolor, porque, de lo contario, se lo causarán
a él.
Tras la llegada de los Invasores, un ejército de confusa procedencia y
contradictorias intenciones nace la enigmática figura del General Monegros, cuya
principal función es incitar a la muerte y a la organización
dictatorial de las calles de Madrid.
Tanto Alex como el resto de los
personajes funcionan como milicias independientes, dando sus servicios a poco
claros postores, en un mundo marcado por la violencia y la falta de valores.
Tras la rebelión, la historia nos ubica en 2024, en una capital desgastada,
cargada de violencia y tiroteos, donde los supervivientes viven día
a día
sorteando balas y hambruna. En semejante marco conoceremos a Alex, en el
momento más delicado de su vida, encadenado y subyugado, con sus
recuerdos como único recurso para viajar fuera de aquella oscura celda.
Aquí es donde empiezo a quitarme el sombrero
con el autor, ya que Javier hace un uso exquisito de la narrativa, con un
narrador interno omnisciente que destaca de forma brillante con respecto a los
diálogos
de los castigados personajes, logrando un contraste excelso que nos sumerge sin
piedad en tan asombrosa historia. El uso del flashback y de la elipsis
temporal, en las manos de Javier, es perfecto, impoluto. La historia salta a
diversos marcos espaciotemporales en apenas algunos renglones de diferencia, de
forma suave, sublime, sin desubicarnos, sin sensación de jet lag
narrativo, dejando clara la pericia y recursos del autor, quien describe con
maestría las escenas de acción y la violencia, tanto física
como psíquica, que sufren los personajes.
La imagen de la carne perforada
con restos de pólvora, destornilladores embadurnados de sangre reseca, y las
calles de Madrid derruidas al más puro estilo de Plácido de Berlanga son parte de
todo aquello que nos acompañará en la odisea de unos adolescentes que
han heredado un mundo desgastado, donde los dictadores y falsos mesías,
que nunca faltarán, pretenden reinar en las ruinas. Alex, por medio de sus
recuerdos, prácticamente tangibles, nos mostrará su vida, sus
motivaciones, sus crímenes, su culpa… todo ello tras
arrojar el reloj del tiempo contra la pared y hacerlo añicos. El
resultado y resolución de tan cruel puzle, es soberbio.
Con notables influencias
cinematográficas, así como literarias, Javier ha construido
un mundo que precogniza el resultado de las malas acciones, un universo en el
que los adultos ya no están presentes como protagonistas, sino
como el azote de una nueva generación, unos niños que se comportan como el anticristo
de Verano Azul, los supervivientes que viven en los restos de la estación
de Cruz del Rayo.
La historia de Alex el Mono es la
suma de muchas cosas, al igual que la de Santateresa, su preciada AK-47, que,
debido a la construcción y vinculación con Alex,
acaba siendo considerada como un personaje más del relato. A lo largo de sus páginas,
queda demostrado que dentro del más cruento caos hay un retorcido orden,
una necesidad de libertad y de rebeldía contra lo establecido. La máscara
de los invasores, el ejército, los Plometas (término
acuñado
tras la rebelión, aplicable a todo ser humano que portaba armas de fuego, al
servicio de éste o aquél…), e, incluso, el estamento policial,
ocultan muchas cosas, tal vez demasiadas, dejando siempre en el aire quién
puede ser el verdadero amo de las marionetas, o por qué existe una
especie de niebla simbólica que no deja ver más
allá
de lo que ocurre en Madrid.
En mi opinión,
nos encontramos ante una obra maestra, difícil de clasificar que, tras un acto de
valentía por parte del autor, ha mejorado como el mejor de los vinos.
Javier ha demostrado que la ciencia ficción se puede edificar de forma diferente, íntima,
particular, atrapándonos desde el minuto cero, sacándole el máximo partido a cada circunstancia o
localización, construyendo personajes de alta complejidad, porque ninguno
de ellos es plano, ni siquiera los más secundarios, porque todo lo que
aparece en la historia es como una indivisible pieza de reloj, pulida y
optimizada para su perfecto funcionamiento.
Te recomiendo que visites el
canal de Javier Miró Recursos para Escritores, para
que puedas conocerlo un poco mejor, pero sobre todo, te aconsejo que leas Rebelión 20.06.19,
un libro apasionante y descarnado, cuya primera tirada tras la esperada reedición agotó existencias en la convención
Celsius 232, celebrada en julio 2019, algo que no me extraña,
porque tal y como he comentado, me reafirmo en que es un libro excelente, y que
su autor ha sabido darle una vuelta de tuerca en la transformada reedición.
Finalmente, comentaré
que me llamó mucho la atención la cita de Enrique Tierno Galván
seleccionada por el autor, que aparece previamente al prólogo. Tengo un recuerdo/anécdota
de la infancia relacionada con tan particular alcalde, y bueno, tal vez algún
día,
con un café por delante, os la cuente. ¡¡Cruz del Rayo resiste!!
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