LE DAIM (La chaqueta de piel de ciervo) – Pako Mulero Arenillas – Sitges2019
Quentin Dupieux
escribe y dirige una de las grandes sorpresas del pasado festival de Sitges.
Con diversas películas en su haber (Wrong Cops mi favorita),
donde predominan el humor ácido, los guiones enrevesados, y los personajes
complejos, en esta ocasión, nos plantea un particular descenso a la locura, en
un extraño híbrido de comedia Slasher, con tintes de Road Movie.
Antes de llegar al
festival, siendo consciente de la forma de entender el cine de Dupieux, yo
había solicitado mi butaca para disfrutar de Le Daim. El parisino,
responde a ese grupo de cineastas a los que amas u odias, debido a lo
excepcional de su discurso y su forma de entender el lenguaje audiovisual. Yo,
personalmente, me siento fascinado por su trabajo.
Estando en la cola
de la sala de El Prado (recuerdo que estaba esperando para ver la
extraordinaria y restaurada The Living Skeleton, dirigida en 1968
por Hiroki Matsuno), el grupo de personas que estaba delante de mí, no paraba
de elogiar la última película de Mr. Ozio, y, al entrar en la
sala y coincidir con un compañero de prensa en la zona de butacas, este me
ratificó los piropos. Aquella misma noche pude disfrutar de Le Daim
en el auditori del Meliá.
La trama, se
centra en la vida de George, en un punto concreto de la misma, donde tras dejar
todo atrás, adquiere a un precio disparatado una chaqueta de ante con flecos, transformándose
desde ese instante, en una posesión muy icónica que guiará sus próximos pasos.
Con la compra de la prenda, George será obsequiado con una pequeña y desfasada
cámara digital, otro factor clave que se suma al detonante de la historia.
George es una
persona extraña, un mentiroso compulsivo y narcisista, dispuesto a dar los
pasos necesarios para materializar su absurda verborrea, pero claro, si le
sumamos su falta de asertividad para con los demás, y finalmente, su peligrosa
demencia, los resultados de su visita a un municipio alejado de la mano de dios,
serán lo que una cerilla a un barril de pólvora.
Si bien la cámara de
vídeo obsequiada en la transacción, se transforma en una pieza clave para la historia,
la susodicha Chaqueta alcanza el estatus de personaje prácticamente independiente,
ya que es el propio George el que desasocia una parte de su mente enferma para injertarla
en la chaqueta. Esta prenda de vestir tiene un sueño muy concreto, quiere ser
la única chaqueta que quede en todo el mundo, por lo que hay que hacer
desaparecer a sus rivales cueste lo que cueste.
George y su
chaqueta parlante improvisan un surrealista plan, donde una camarera y
montadora de cine llamada Denise, será clave para llevarlo a cabo. Justo en ese
momento, surge el concepto de “la muñeca rusa”, ya que empezará a
gestarse una película dentro de la otra. El rodaje de un estrambótico y
desordenado film, será la excusa para ir haciendo desaparecer las chaquetas de
todo aquel que participa (de forma voluntaria o no…), empujando a ambos
protagonistas a una situación muy oscura y violenta.
Sin ningún tipo de
ambigüedad, se le mostrarán al espectador, como si de un retablo de títeres se
tratara, los enfermizos acontecimientos, dejando claro que todo es fruto de una
mente insana. Algunas escenas, son un claro homenaje a Bernie,
película francesa dirigida en 1996 por Albert Dupontel, otro de los
amantes de la demencia en la pantalla.
No olvidemos que Quentin
Dupieux, además de cineasta, es un reconocido compositor de música electrónica,
algo que sabe plasmar es sus obras, dotándolas de un extraordinario equilibrio
en las escenas. Ya sea con las composiciones propias o ajenas, sabe sacarles el
máximo partido.
El reparto de la
cinta, es sin duda su mayor baza. El oscarizado Jean Dujardin está
inmenso, irreconocible, y Adéle Haenel (que también la podéis disfrutar
en la más que recomendable Retrato de una mujer en llamas), en su
arriesgado papel, está francamente soberbia. El resto del casting encaja a la
perfección, recayendo cada papel en muy buenas manos.
En definitiva,
solo me queda recomendarte este film, especialmente si eres fan de Mr. Oizo,
porque si ese es el caso, lo disfrutarás plenamente.
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